El propósito del taller era compartir conocimientos y experiencias con ellos. Escuchar sus inquietudes y preguntas acerca del Yoga.
La primera parte del taller la dedicamos a saber sobre sus conocimientos de Yoga, lo que habían oído o experimentado y qué esperaban del taller (cual era su objetivo). La mayoría habían oído hablar del Yoga como un ejercicio de relajación, y les atraía mucho la idea.
Sólo una persona había practicado así que decidí no dedicar el taller completamente a hacer una clase «básica» con sus Asanas (posturas), Pranayama (ejercicios de respiración) como hago normalmente. Sentí que era como «darles un Ferrari..y no enseñarles primero a conducir»
Traté de aclarar algunas de sus dudas respecto a lo qué es, y en qué consiste la práctica del Yoga. Cantamos mantras, hicimos ejercicios de respiración y algunas Asanas y finalizamos con una pequeña relajación. Para terminar con el taller dedicamos un tiempo a compartir impresiones. Lo más importante es que trabajaron genial, concentrados y relajados lo que para una primera clase no es fácil.
Para mí fue un regalo compartir con ellos ese ratito.
¡¡Muchas gracias a todos!! OM.