Vivimos en un mundo en constante movimiento, a una velocidad frenética y con un bullicio que muchas veces nos impide parar para prestar atención a lo que resuena en nuestro interior. No nos damos cuenta, o no le damos la importancia y el lugar que le corresponde a nuestras necesidades y sentimientos y esto nos hace llegar a límites poco saludables de autoexigencias y presiones que derivan en fuertes dosis de estrés y ansiedad.
El estrés es un sentimiento de tensión física y emocional, que puede provenir de cualquier situación que genere alerta. Existen dos tipos: el agudo (momentáneo) y el crónico (dura un periodo de tiempo prolongado).
Últimamente el estrés a tomado una connotación muy negativa, cuando es un mecanismo de alerta que nos ayuda a afrontar problemas que surgen en nuestra vida, lo malo es la forma en la que lo tratamos. Que este estado sea crónico puedo derivar en síntomas emocionales y físicos como problemas de piel, presión arterial alta, diabetes, obesidad, problemas menstruales, diarrea, estreñimiento, mala memoria, dolores de cabeza…
Por todos estos posibles síntomas que nos terminan dificultando nuestro desarrollo diario, hemos creído muy importante trabajar y dar herramientas a nuestros jóvenes para poder regularlo, tomándonos un momento para mirar al interior y tomar conciencia de nuestras necesidades individuales.
Hemos creando un ambiente lo más cómodo posible para trabajar desde la relajación activa, o mindfulness, a través de los sonidos. Creando este tipo de ambiente nos hemos dado el espacio y tiempo para llegar a nuestro silencio interior donde reconectar con nuestra esencia y con nuestra calma.
Muchas gracias grupo por dedicarme y dedicaros este espacio de relajación y reconexión.
Fecha: 14/03/22
Autora: Luisa Fuentes