Hemos tenido la suerte de poder vivir situaciones cotidianas desde la alegría, la tristeza, el enfado y ver hacia dónde nos lleva cada una de esas emociones: si nos dan soluciones o si nos sentimos cómodos en ellas.
Concluimos que para saber lo que sentimos necesitamos estar AQUí y AHORA y que no es una tarea fácil. El primer paso para la serenidad es poder mirar “desde fuera” qué nos pasa, cómo nos sentimos y qué queremos hacer con esa emoción: ¿la filtramos, la vamos entendiendo y nos quedamos sólo con un poco o la cogemos con un cazo y la tenemos ahí, reviviéndola aunque haya pasado mucho tiempo?
La mente miente y nos va a dar la razón para no tener que cambiar el punto de vista y favorecer nuestro lugar en la zona de confort.
El “pepito grillo” o el crítico interno tampoco nos suele ayudar demasiado si no lo conocemos y sabemos sus intenciones pero el taller es de 3h y se no nos dio tiempo a hacer una presentación oficial. ¡No hay nada mejor que dejar cosas pendientes para querer seguir encontrándonos la próxima semana!
Gracias por la predisposición.
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