Decía Aristóteles que cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. Todos nos enfadamos, y expresarlo de manera adecuada puede ahorrarnos problemas. Sin embargo, esta habilidad requiere un arduo aprendizaje personal de autoconocimiento que nos facilita tomar conciencia de los estados emocionales, propios y ajenos.
Se trata de aplicar la inteligencia emocional en nuestra vida cotidiana para poder mantener unas relaciones saludables y preservar nuestro bienestar bienestar. Cuando hablamos de inteligencia emocional aludimos a la capacidad de tomar conciencia de nuestras emociones, comprender cómo y por qué se producen, utilizarlas de manera creativa y eficaz, y manejarlas, expresarlas de forma inteligente y adecuada.
Des estas cuestiones hemos tratado en el taller sobre reconocimiento y gestión emocional que finalizamos el pasado martes con el grupo de jóvenes que participan en este proyecto Awake. Un grupo de jóvenes con inquietud por aprender a conocerse mejor. Y este es precisamente, el primer paso para manejarnos con eficacia en la vida, el autoconocimiento.
Profundizamos en este aspecto mediante un DAFO Personal, analizando y experimentando cómo influyen emocionalmente en el rendimiento personal cada una de las fortalezas y debilidades particulares y viceversa.Un bonito ejercicio mediante el que, una parte del grupo evidenció su debilidad a la hora de afrontar nuevas situaciones en sus vidas, en algunos casos, detrás de ella aparece la vergüenza, y para la otra parte, en cambio, esta habilidad supone una fortaleza que genera orgullo y seguridad.
Durante ese tiempo, hicimos un viaje experimentando sus miedos y sus culpas, expresando sus rabias, reviviendo sus tristezas y cómo se pueden manejar cada una de ellas, por ejemplo, mediante la energía que genera el movimiento, y la alegría. Pusimos el énfasis en que todas las emociones son funcionales, tienen su lado agradable y su lado desagradable, hay que vivirlas, experimentarlas, comprender por qué se manifiestan, saber utilizarlas en beneficio propio y de los demás de manera creativa y sacar un aprendizaje de esa experiencia.
En definitiva, un ejercicio y reflexión sobre la necesidad de conocerse mejor para poder crecer como personas, apoyándose y preservando en todo momento su autoestima, desechando el pensamiento y creencia barrera que representa el qué dirán o pensarán los demás de mí. Porque lo más importante no es lo que nos pasa en la vida, sino qué hacemos con lo que nos pasa.
Agradezco la confianza, apertura e implicación del grupo, esto sólo es un pequeño paso en el crecimiento personal.